jueves, 13 de noviembre de 2014

PARA RETENER INFORMACIÓN

La prueba de fuego de la comprensión es lo que recuerdas después de haber terminado la lectura; lo que queda en la memoria. Como estudiante, gran parte de tus lecturas están destinadas a cumplir con las clases y, por lo tanto, tarde o temprano tendrás que demostrar que manejas esa información, bien sea en un examen o en forma de ensayo, de opción múltiple, de respuestas ciertas o falsas o llenando espacios en blanco.

Por lo tanto, no sólo deseas terminar la lectura, sino que además, quieres comprobar lo que recuerdas.

Una experiencia frustrante en la preparatoria ocurrió durante un examen de geografía. No ere un examen difícil. Pero, conforme avanzaban las columnas de preguntas, apareció una: “Nombra tres montañas de importancia religiosa o bíblica, que se localizan en el territorio correspondiente al Israel actual.”

La primera respuesta que viene a la mente es el Monte Sinaí, pero ¿y las montañas restantes? Uno puede cerrar los ojos, intentar concentrarse y evocar las páginas del libro: Al parecer, se ven vagamente las fotografias de otra de esas montañas, pero no obstante, todos los esfuerzos, el nombre permanece sepultado en la mente. Todo esto genera frustración, por que uno leyó el material, debería saber los nombres de esas montañas, pero no hubo posibilidad de recordarlos.

Los montes son Tabor y Masada.

Experiencias de esta naturaleza no resultan ajenas a nadie; olvidar un dato importante que marca la diferencia entre una buena y una mala calificación. Tener el dato en la punta de la lengua pero no poder recordarlo.

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