jueves, 13 de noviembre de 2014

MEMORIZACIÓN Y MNEMOTÉCNICA

Hasta este momento, nos hemos concentrado en los aspectos fundamentales para recordar y retener. Existen métodos específicos para ayudarte a recordar cuando es necesario guardar en la memoria muchos datos particulares. El primer método lo constituye la memorización; es decir, el proceso de grabar la información palabra por palabra.

Memoriza solo aquello que sea indispensable recordar durante un período breve. Por ejemplo, cuando está próximo un examen de Derecho Romano I, quizá sea necesario recordar algunas fechas o nombres; un examen de Sistemas de Información Jurídica exige cuestiones éticas y sobre derecho de autor. Una prueba de Inglés Técnico-Jurídico implica recordar cierto vocabulario. 

Cuando requieres memorizar, debes recurrir a cualquier método que imprima en tu mente la información exacta. Quizá la repetición sea el método más eficaz. Escribe la información en una tarjeta y utilízala como apoyo. Sométete a pruebas frecuentes para comprobar que manejas la información. 

Otra técnica para recordar muchos detalles es la mnemotecnia. Los recursos mnemotécnicos ayudan a recordar grandes fragmentos de información que pueden estar o no relacionados. Dichos recursos resultan valiosos cuando se trata de datos muy complejos, sin un ordenamiento claro, o bien cuando forman parte de una larga serie. 

Ejemplo de un recurso mnemotécnico es formar vocablos cuyas letras remiten a la primera letra de las palabras que deseas recordar. Así, muchos aspirantes a médicos, para recordar las ramas colaterales de la arteria carótida interna recurre a:

C Colateral/Carótida

I Interna

R Ramas

I Intrapetrosas

R Ramas

I Intrasinusianas

O Oftálmica

Este CIRIRIO, vocablo extraño, pero fácil de recordar ha salvado a incontables estudiantes de una calificación letal en el tan temido examen de anatomía. 

Descubrirás que en tu negocio o salón de clases, los recursos mnemotécnicos permiten recordar información específica que debes retener durante períodos prolongados. Se usan para recordar clasificaciones químicas, anatómicas, etc. 

Aunque de eficacia comprobada, no intentes crear un recurso mnemotécnico para cada cosa que tienes que recordar. ¿Por qué? Generar un recurso de esa naturaleza para todo lo que aprendes exige más tiempo del que cualquiera puede destinarle. Y es posible que el remedio sea peor que la enfermedad. Demasiada mnemotecnia puede complicar y obstaculizar la memoria. 

Los recursos mnemotécnicos complejos no son útiles, pues resultan difíciles de memorizar. Cuando decidas usar un recurso de esta índole, diséñalo de tal suerte que sea sencillo para que facilite el recuerdo. 

Muchas personas se quejan de que su mente es como una coladera: todo lo que leen se les escapa. Jamás recuerdan nada. Este problema puede corregirse; sólo es cuestión de estar dispuesto a trabajar en el desarrollo de las capacidades que proporcionan una buena memoria. Conforme manejes estas habilidades podrás mejorar tu lectura y aumentarás tu nivel de retención.

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